Definición
El mokuso (黙想) es una forma de contemplación silenciosa, también llamada meditación. Se usa antes y después del entrenamiento de kendo, con el propósito de enfocar la mente y crear la mentalidad adecuada para la vida. Forma parte del entrenamiento mental que permite al kenshi trabajar en la consecución del heijoshin (平常心) mente clara y serena. Para esto se busca regular la respiración a la vez que se limpia la mente de pensamientos, de manera tal que estemos en el aquí y el ahora. El concepto de mushin (無心) es igualmente conocido al hablar sobre el propósito del mokuso. Mushin significa «no mente», traducción que en ocasiones se malinterpreta como si habláramos de alguien poco inteligente. Lo cierto es que este término hace referencia a una mente clara, sin preocupaciones, ansiedades, miedos o confusiones. En pocas palabras una mente que esta lista para reaccionar en cualquier circunstancia, limpia como agua en reposo que actúa como un espejo, regresándonos nuestro reflejo. Con este estado mental, el guerrero era capaz de reaccionar de forma intuitiva sin caer en los denominados shikai (enfermedades de la mente).
Beneficios del mokuso
La meditación aumenta la concentración. Nos permite desarrollar una mente clara y serena, a la vez que se trabaja en la respiración consciente. Gracias al mokuso aprendemos a respirar desde el abdomen, usando el diafragma. Su práctica constante, hace que sea más fácil llevar este estado mental a nuestra vida cotidiana a la vez que mejora los shikai (cuatro enfermedades de la mente). La meditación al final de la clase se realiza con la finalidad de reflexionar acerca de nuestra práctica; sobre aquello que debemos seguir trabajando, los consejos de que nos dieron los maestros y nuestra actitud hacia la práctica.
¿Cómo realizar mokuso?
Desde la posición de seiza nos sentamos manteniendo la espalda derecha y la barbilla baja. Colocamos la mano izquierda encima de la palma de la mano derecha, juntando los pulgares como haciendo un círculo. Se entrecierran los ojos y se respira profundo. Con la orden de «mokuso yame» se abren los ojos, regresando las manos a la postura de seiza, para luego llevar a cabo el zarei.
Ya que el lado izquierdo del cuerpo es en el que se encuentra el corazón, la mano izquierda se coloca arriba de la derecha.
¿Cómo respirar en mokuso?
Se inspira lentamente por la nariz manteniendo la boca cerrada. La respiración debe ser controlada sin llegar a ser forzada. Una vez se llenan los pulmones se intenta mantener el aire acumulado para luego soltarlo progresivamente con la intención de no soltar todo el aire. Al momento de exhalar se suelta el aire por la boca, la cual se abre ligeramente. Controlando la respiración se logra disminuir el ritmo cardíaco, relajarnos física y mentalmente, además de reducir el estrés.
Conclusiones
En muchas ocasiones la práctica del mokuso es poco entendida. Al momento en que se abre la clase y se dice «mokuso» se debe procurar darles a los kenshis el tiempo suficiente para hacer por lo menos un par de respiraciones profundas. Es cierto que al inicio la práctica del kendo puede ser muy física, pero por lo mismo es bueno recordar que nuestra formación es también mental y espiritual. Me gusta considerar el mokuso como si fuera el ejercicio de preparación de la mente; una práctica similar al taizo (calentamiento) donde se prepara el cuerpo para el entrenamiento. Antes de la clase, es de igual importancia estar listos mental y físicamente. Dentro de esto cabe resaltar el uso del kiai durante los calentamientos. Es decir que al inicio la preparación es completa… comenzando con la meditación y calentando el cuerpo a la vez que se fortalece el espíritu para el keiko de ese día.